39 AÑOS DE
AMISTAD
“Todo el mundo me llamaba, me daba tanta pena lo que había pasado con Paquito… pero mientras tanto yo ya me había levantado a Roberto.
La mamá de él vivía en Baltimore, y mis padres estaban en europa. Yo tenía un departamento inmenso y estaba solito, entonces nos reuníamos allá. Pasamos tira que tira. Al décimo día, roberto me dijo que tenía que hablar conmigo:
—Dígame, mijo —pregunté.
—La verdad es que yo tengo un amante —me dijo.
—¡¿Quién chucha es?! —le grité pensando que se trataba de algún conocido.
—El chofer de la compañía.
—¿Ah, sí? —le pregunté. —Hijito, en este momento dejamos de ser amantes y nos volvemos ñañas —me dije a mí mismo.
Treinta y nueve años de amistad tuvimos, hasta el último día de su vida.”